miércoles, 26 de noviembre de 2014

“DIAGRAMA SOBRE EL ESTADO ESPAÑOL” Equipo de Análisis del Estado




El texto, breve y conciso, realiza una descripción reflexionada de lo que es la entidad estatal española, regida por la Constitución de 1978. Examina los 13 Ministerios hoy existentes, y dentro de ellos lo esencial de los aparatos de dominio, manipulación, mando, categorización, explotación y coerción que forman la estructura ósea del Estado, las diversas policías, el ejército, el poder judicial, el sistema académico, el capitalismo de Estado y el régimen fiscal. También se ocupa de sus expresiones territoriales y locales, las autonomías y ayuntamientos.
        
Frente a quienes ocultan, o no desean “ver”, al Estado español aquí tenemos su radiografía, breve pero exacta.
        
El “Diagrama” surge, como tarea, en ambientes próximos a la Cooperativa Integral Catalana. El Equipo de Análisis del Estado está constituido por un grupo de personas (entre las que tengo la satisfacción de contarme) que entienden que el proyecto de autoorganización popular integral preconizado por dicha Cooperativa no puede realizarse sin mostrar qué es el Estado, para concluir que las clases populares no deben depender de aquél para satisfacer sus necesidades de educación, sanidad, atención a los mayores, alimentación sana, vivienda, ocio, etc.
        
Escapar a la tutela del Estado con el fin de vivir una existencia autónoma y libre, moral y convivencial, autogobernada y autogestionada, exige el conocimiento objetivo de esa entidad ciclópea y abrumadora que, en su forma más agresiva, el Estado de bienestar, se apropia ya de una cantidad próxima al 50% del PIB, creciendo cada año.
        
El sujeto intervenido y reglamentado, multi-dirigido y mega-sometido, que fabrica en serie el orden vigente contemporáneo es el ser nada: ahora se trata de elevarse de ser nada a ser humano. Las criaturas infantilizadas, mutiladas, insociables, sumisas, débiles y enfermas (del cuerpo y del espíritu) que resultan de la monstruosa operación de estatización general en curso de la sociedad sólo pueden emanciparse, restaurarse y autoconstruirse si se sitúan fuera del Estado y sus agentes. Fuera y en oposición.
        
Cuanto más se expande el artefacto estatal más y más se hace todo a través de leyes, coercitivamente. Eso niega los valores y la ética tanto como la libertad de conciencia, el vigor personal, la sociabilidad y el obrar responsable. El Estado, al prostituir y anular la libertad, degrada al sujeto haciendo de él una nada, esto es, un despojo con apariencia humana. No puede haber una sociedad de virtud personal y virtud cívica mientras el Estado gobierne al pueblo, mientras éste no se autogobierne.
        
He ido publicando diversos libros que estudian el ente estatal, hoy y en el pasado. Entre ellos “La democracia y el triunfo del Estado” y “El giro estatolátrico”, este último dedicado a refutar el apoyo al Estado de bienestar (impuesto por el régimen franquista), venga de donde venga. El “Diagrama” aporta algo nuevo, la delineación de lo que el ente estatal es fácticamente. En eso reside su novedad y validez.
        
El Estado de bienestar explota a los trabajadores, al arrebatar a cada uno y cada una, en la forma de cotizaciones, en torno a 8.000 euros anuales de media, que se apropia la entidad estatal y que utiliza para rescatar a los bancos, subsidiar a la gran empresa multinacional, expandir los aparatos policiales, enriquecer a la casta partitocrática, inflar los poderes mediáticos, imponer el neo-patriarcado, perseguir el amor y el erotismo, etc. La enorme masa monetaria que el Estado de bienestar expolia a los trabajadores es de justicia natural que debe ser autogestionada por éstos y no por los diversos Ministerios, para ser puesta al servicio del bien general de las clases productivas.
        
Cuanto más fuerte es el ente estatal más fuerte es el capitalismo. Y viceversa.
        
A las-los que creen que un cambio de gobierno en las urnas puede resolver los problemas el “Diagrama” les sugiere que quien gobierna es el Estado y no los gobiernos, y que cualquier gobierno ha de someterse a los dictados del ente estatal y la patronal. Por tanto, la participación electoral es un acto sin valor. Todos los gobiernos son en lo sustantivo iguales porque todos dependen absolutamente del tándem citado.
        
La formulación de que el ente estatal está perdiendo poder y retrocediendo en beneficio de la gran empresa multinacional ha sido refutada. Mis dos libros antes citados lo hacen y entre los de otros autores que es útil recomendar se encuentran “La transformación del Estado. Más allá del mito del repliegue”, Georg Sorensen, y “La nueva razón del mundo”, Ch. Laval y P. Dardot. Éste aporta una frase bien expresiva, “son los Estados los que han construido el sistema neoliberal en el que vivimos”.
        
Por tanto, quienes ven en el fortalecimiento del ente estatal el remedio, o el paliativo, al auge de la gran empresa multinacional, se equivocan. La solución verdadera es, hoy, la autoorganización popular, para que el pueblo, al estar y existir tajantemente diferenciado del Estado, de su degradante política de “pan y circo”, se auto-constituya como ente de virtud, fuerza civilizatoria y sujeto revolucionario. Mañana, la revolución; que para ser tal y no una caricatura vil que establezca nuevas formas de dominación y nuevos modos de capitalismo, debe ser total, integral.
Nota.- Contactos y pedidos: Equipo de Análisis del Estado, en estudiodelestado@moviments.net ; Editorial Potlatch, potlatch.kl@gmail.com y en este blog o en mi dirección de la Red.

"DIAGRAMA" EN CATALÁN

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lunes, 17 de noviembre de 2014

MUJERES PREÑADAS



 
Se está vulnerando el tabú, se está derribando el anatema, se está pulverizando la proscripción: cada vez más mujeres conscientes, y cada vez en una edad más joven, de un modo meditado y deseado, se están embarazando.

Estamos ante una formidable rebelión social, todavía inicial, que muy probablemente irá ascendiendo. Ser madre hoy es desafío, indocilidad, rebelión, transgresión, insubordinación, sedición, subversión. Es revolución, también porque niega y sabotea la biopolítica que impone el poder. Dado que el capitalismo y la maternidad son incompatibles cada preñamiento es una sonora bofetada que se da a la patronal, a la burguesía, y a sus agentes feminicidas.
        
La persecución y el linchamiento de la mujer que se embaraza es algo de todos los días. Es hoy una de las más intolerables expresiones de misoginia. Refleja un odio convulsivo a la mujer en lo que ésta tiene de más propio y sustantivo. Es una malignidad que se debe denunciar y combatir, porque la mujer preñada ha de tener el afecto más profundo de todas y todos, al ser expresión primordial de la vida y de lo vivo.
        
Pero ahí está el Ministerio de Igualdad (ahora gobernado por la derecha heredera del franquismo) y sus agentes vertiendo todo tipo de venenos y anatemas contra la mujer embarazada, lo que incluye la difusión del odio a las niñas y niños, la demonización del erotismo heterosexual, la manipulación mediática del cuerpo femenino, la imposición adoctrinadora y legislativa de las formas de sexo no reproductivo, el linchamiento de la expresión superior de actividad amatoria, el sexo creador de vida. 

Una mujer embarazada, en particular cuando su estado se hace rotundamente visible, tiene la estremecedora belleza, misterio, poderío y esplendor de las montañas contempladas en la lejanía, de las noches de luna llena, del perfume a tierra mojada tras una tormenta de verano, de los campos de trigo casi maduro mecidos por el viento, de los bravíos torrentes primaverales alimentados por el deshielo, de las densas y multicolores florestas caducifolias en otoño, de la nieve que cae espesa y silenciosa en la noche gélida, de los grandes rebaños de ganado semi-silvestre en las dehesas, de las olas del mar golpeando rítmicamente la escollera…
        
Una mujer embarazada es maravillosamente hermosa, erótica y seductora.
        
El entusiasmo por la maternidad es expresión de entusiasmo por el ser humano, de fe en el futuro, de adhesión a lo más fundamental de nuestra existencia y condición.
        
En consecuencia, hemos de crear una sociedad en que la mujer embarazada posea el afecto y la admiración de la comunidad de las personas decentes, lo que se ha de traducir en apoyo, asistencia y servicio hacia ella. La fémina preñada tiene que ser querida, idolatrada y mimada, situada en el centro de nuestras vidas y elevada a lo más alto. Así haremos una contribución a que la revolución triunfe sobre las necrófilas fuerzas del odio y la sinrazón, de la mentira y el aleccionamiento, del poder estatal y el dinero.
        
El proyecto y programa de revolución integral se propone afirmar, contra la actual sociedad aberrante y la dictadura de los seres nada, los elementos primordiales, que son los más sencillos y naturales, de la vida humana: una alimentación sana, una existencia ética y sustentada en valores, un sujeto que se autoconstruye, unos bosques recuperados, una vida libre y autogobernada, un obrar generoso y desinteresado, un uso de la inteligencia sin copiar servilmente a nadie, una rica vida interior, un obrar esforzado y de servicio al bien, un actuar con valentía y coraje, el aprecio por la propia cultura, el situarse del lado de lo que es justo, el amor al amor, el erotismo que une y fusiona y crea vida nueva[1], la maternidad y paternidad… Porque la revolución integral no se fundamenta en la pedantería discursiva de algún genio iluminado y sabelotodo sino en la pelea sin final por hacer que las experiencias, vivencias, emociones y reflexiones de la persona común no envilecida por el actual orden se hagan reales. En eso reside su fuerza.
        
A la multitud de las mujeres preñadas, valientes, fuertes, bellísimas, desafiantes y poderosas por haberse atrevido, envío un beso todo él éxtasis y emoción.



[1] Para gustar de lo amoroso erótico con autoría femenina quizá el poema “Amor” de Ernestina de Champourcín sea apropiado.

martes, 11 de noviembre de 2014

INTELECTUALIDAD MERCENARIA


La reciente entrega del Premio Nacional de Ensayo 2014, otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a Adela Cortina, debe ser objeto de un comentario. Dicho premio está dotado con 20.000 euros, más de lo que ingresa una familia media de trabajadores en un año.
        
El galardón se ha concedido a la catedrática de ética y filosofía por su obra “¿Para qué sirve realmente la ética?” sobre la ética en el mundo empresarial y también de la relación entre moral y parlamentarismo, que trata en “Ética aplicada y democracia radical”.
        
Cortina es, además, presidenta de la Fundación ÉTNOR, constituida por empresarios y directivos, académicos y otros pedantócratas, cuya meta es el análisis de “la ética de los negocios y las organizaciones”. Resulta chocarrero unir los vocablos “ética” y “negocios” pero esta autora lo hace con gran desparpajo…
        
No es para menos. En 2007 recibió el premio Jovellanos, igualmente bien dotado; ÉTNOR ha llegado recientemente a un acuerdo de financiación con Bancaja, probablemente con clausulas sustanciosas para Cortina; disfruta de los derechos de autoría de sus libros, de obligada lectura en ciertos ambientes universitarios; recibe emolumentos por conferencias, artículos, tertulias, asesoramientos, etc. En suma, ha convertido a la ética en un saneado negocio.
        
Si esta mujer fuera realmente ética haría públicos sus ingresos. Porque es una gran inmoralidad acumular más dinero del necesario para satisfacer las necesidades básicas de la existencia, dado que la riqueza en esencia es poder ilegítimo y no-ético sobre los demás y sobre el cuerpo social. Nadie que viva para enriquecerse, sea empresario o catedrática de ética y filosofía, puede ser tenido como persona moral.
        
En esas condiciones lo que hace Elena Cortina es prostituir la ética, convertirla en un discurso justificativo del poder constituido, ponerla al servicio de la clase patronal y los cuerpos de altos funcionarios del Estado, ridiculizarla y dañarla de muchas maneras.
        
Esta intelectualidad mercenaria cobra del Estado, de este, el otro y el otro Ministerio, y de la clase empresarial. Su ética está, por tanto, podrida, en una inmoralidad teorizada que justifica la codicia y el ansia de poder de las minorías poderhabientes y bienestantes.
        
Dos conclusiones se imponen.
        
La intelectualidad actual, devenida en pedantocracia, en casta social que vive para el dinero y su acumulación no puede ser más que lo que es, estéril intelectualmente. La verdad, el bien, la virtud, la ética y la belleza no pueden servirse y buscarse a la vez que el medrar y enriquecerse. Por eso lo que aquélla produce es aleccionamiento, propaganda, manipulación, mentiras astutas y taimadas. Hace falta que emerja una nueva forma de realizar el trabajo de reflexión, de producir ideas, y su fundamento último ha de ser el desinterés, la renuncia en actos a la codicia y al poder, con alejamiento de la clase empresarial y del aparato estatal.
        
La otra conclusión es que frente a quienes arrastran a la ética por el fango hemos de proclamar la necesidad de la ética y la moralidad para regir nuestras vidas. Necesitamos un sistema de convicciones que nos permita diferenciar en concreto lo miserable de lo sublime, para hacernos sujetos de virtud. Y la ética cumple esa función.
        
Precisamos de una ética natural, o ética popular, que resulte de la condición existencial misma del ser humano, como individuo y como ser social. En dos formas, una ética de la sociedad y una ética de la persona, ambas autoconstruidas. No puede haber cambio social, revolución integral, sin una robusta moralidad de la gente común que convierta al populacho en pueblo. Esto es muy diferente también de aquellos que creen que las clases populares sólo necesitan altos salarios pero no normas éticas, lo que les descubre como postulantes de la sociedad-granja, su meta permanente.
        
La revolución integral será, también, consecuencia y causa de una revolución moral. Con ella viviremos en una sociedad ética que resultará de la desarticulación de la actual, inmoral y perversa de casi infinitas maneras. En ella no habrá mercaderes de palabras ni pedantócratas. No habrá intelectualidad mercenaria.

jueves, 6 de noviembre de 2014

“MOVILIZACIÓN, AUTOORGANIZACIÓN POPULAR Y ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD”



“Iglesia viva. Revista de pensamiento cristiano”[1], nº 259, recientemente aparecida, ha publicado el artículo con el título del encabezado, del que soy autor.
        
Es un trabajo de notable significación conforme a mi ideario por varias razones. La principal probablemente sea porque desarrolla la interpretación que preconizo sobre la centralidad del sujeto autoconstruido en los procesos de cambio social mejorante. El sujeto, el individuo real-concreto, es el centro, mientras que las estructuras organizativas desempeñan una función secundaria, eso en el caso de que sea positiva, que muy a menudo no lo es.
        
La interpretación mecanicista de la transformación social ha enunciado una historia sin sujeto y un presente en el que la calidad de la persona es nada. Con ello se pretendía, al parecer, crear una sociedad del todo perfecta y unos individuos patéticamente imperfectos. La experiencia ha demostrado que tal fórmula es una añagaza para construir sistemas totalitarios de horrida catadura.
        
El sujeto cuenta, y cuenta su calidad autoformada. En realidad, es lo decisivo.
        
El sujeto se hace y edifica a sí mismo, o se deshace y malogra. O se deja hacer desde fuera por los aparatos deseducativos, mediáticos, publicitarios, partitocráticos, etc. Si es hechura ajena renuncia a su libertad, mientras que si es obra propia la realiza. Pasar de ente nulificado, o ser nada, a persona demanda un arduo esfuerzo, a mantener durante toda la vida.
        
Para ello lo decisivo es la cosmovisión de la responsabilidad. Hacerse responsable, asumir deberes, admitir retos, encarar esfuerzos, aceptar riesgos, realizar servicios. No hay otro modo de ser persona que a través de la responsabilidad. Ese es lo sustancial del artículo arriba mencionado. A partir de ahí establece las ideas centrales sobre la significación del individuo en el cambio de las relaciones sociales.
        
Un sujeto de calidad, de virtud, es antagónico con el actual sistema de dominación, que demanda simples criaturas entregadas a producir y consumir, sin alma, meros brutos entregados a la codicia de los burgueses y al despotismo de los Estados. Por eso el proyecto de revolución integral pone un acento enorme en el sujeto, en la construcción pre-política del sujeto[2].
        
En esta materia queda muchísimo por elaborar, hasta alcanzar una concepción razonablemente completa y operante de qué es ser persona hoy y cómo efectuar su auto-construcción consciente. Pero, al menos, ya sabemos algo, que no hay cambio social sin transformación personal.
        
Ciertamente, el artículo citado es fundamental para concebir y realizar el proyecto de revolución integral, para alcanzar una sociedad libre, autogobernada y autogestionada, sin clase empresarial ni estructuras estatales. Esto hay que enfatizarlo cuando la banca y el Estado están ahora promoviendo con todas sus fuerzas, que no son pocas, a la nueva izquierda institucional que les va a servir de mascarón de proa para realizar sus planes estratégicos en los próximos decenios.
        
Por lo demás, el mencionado número de la revista que agrupa numerosos artículos bajo el título “Movilización ciudadana responsable” ofrece varios textos de interés, entre los que destacaría el que Teresa Forcades escribe como co-autora, y el de Enric Vilà, “Foro Europeo de Cristianos Homosexuales en Tallin”.


[1] En www.iviva.org, revista@iglesiaviva.org, Apartado 12210-46080 Valencia.
[2]  Este asunto lo he desarrollado recientemente, en una charla en Betanzos (Galiza), en el CSOA (Centro Social Ocupado Autogestionado) Vista Alegre, el 29-10-2014, con el título “La decisiva función del individuo en la revolución integral. Contra las teorías deterministas y mecanicistas del cambio social”.